ALBACETE FERIA del 10 al 12 de septiembre de 1967
En el cincuentenario de su plaza, Albacete ha puesto de gala su feria.
· 10 septiembre de 1967: Toros del Conde de la Corte para Diego Puerta, Mondeño y Tinín.
· 11 septiembre de 1967: Toros de Fermín Bohórquez para Paco Camino, El Viti y Pedrín Benjumea
· 12 septiembre de 1967: Toros de los Herederos de don Manuel Arranz para Andrés Hernándo, Manuel Benítez El Cordobés y José Fuentes.
OREJAS A DIEGO PUERTA EN UNA DESLUCIDA CORRIDA DEL CONDE DE LA CORTE.
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Albacete, primera de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidos de ustedes 10-9-67
La corrida del Conde de la Corte ha sido mala, francamente mala y deslucida en grado sumo por su falta de fuerza, que les hacía a los toros embestir con corta y gazapeante acometida unos y sosos y sin clase los otros. Un encierro muy lejos en bondad y bravura del que habíamos presenciado días antes en la feria de Murcia. El segundo de la tarde salió tan renqueante, tan inválido que le bastó rematar contra un burladero para que su misma invalidez se acrecentase, por lo que en medio de gran bronca, hubo de ser devuelto a los corrales, pese a haber tomado ya un puyazo. El sobrero de Villamarta, lidiado en quinto lugar por haberse corrido el turno, fue manos y áspero y no fue lo que se dice un toro de recibo.
Diego Puerta ha tenido una tarde muy completa, pese a que sus dos enemigos no le han ayudado mucho. El primero, soso, distraído y de corta acometida y el cuarto muy blando de manos y con poquísima fuerza. Pues bien, con tales ejemplares estuvo Diego en plan de torero sabio y poderoso, artista y valiente. Con el capote toreó a las mil maravillas en lances a la verónica en los que templó de forma insuperable la embestida de su enemigo hasta bordar verónicas de extraordinaria calidad que le valieron grandes ovaciones. Y con la faena llevó a cabo dos labores gemelas en calidad en las que hizo gala de su valor natural y de un arte alegre y pinturero que gustó mucho a la concurrencia, que no se cansó de aclamar al sevillanísimo artista. Y por fueros de auténtica torería, a fuerza de consentir, de aguantar las sosas acometidas de sus enemigos, logró cuajar dos trasteos en los que los pases en redondo, los naturales y los de pecho, así como los garbosos adornos, tuvieron el sello de lo perfecto, la marca de un artista de muchos quilates. Fue un apena que en su primero, por hacerle el toro un extraño al tirarse a matar, la espada resultase atravesada, por lo que al precisar de otra estocada perdió los trofeos que con capa y muleta había ganado sobradamente. Una gran ovación con saludos premió su labor con este toro. Pero en el cuarto de la tarde, al que toreó con un temple extraordinario y un gusto exquisito, le cortó las dos orejas con fuerte petición de rabo y triunfal vuelta al ruedo tras pasaportarlo de media estocada y certero descabello. Una gran tarde de Diego Puerta, que ha dejado sentado, una vez más, su pabellón de torero y artista.
Ya queda dicho que el segundo de la tarde fue devuelto a los corrales por su manifiesta invalidez. Al correrse el turno, se enfrentó Mondeño en primer lugar con el segundo de su lote, al que tras torear apretadamente con el capote, le realizó una meritoria labor muletera, que en verdad no supo aquilatar parte del público. El toro muy deslucido, era soso y pegajoso en extremo, haciendo muy difícil la labor del torero con su continuo gazapear. No obstante, Juan anduvo con él en plan de torero, echándole cabeza y sentido a una faena de mucho mérito por las dificultades de su enemigo, pero en la que no pudo haber muletazos de relumbrón como el público que no mide las condiciones de los toros esperaba. Mató de pinchazo y media y se enfadaron con el de Puerto Real. En el sobrero de Villamarta, Mondeño estuvo muy bien, lo mismo en los apretados lances de saludo como al realizar una meritísima labor muletera, en la que cinceló varias series de naturales, con remate de pectorales, que hizo sonar la música torera en tanto que Mondeño toreaba con tal quietud y arrogancia al natural, que la plaza se vino abajo en oles y ovaciones. Faena de orejas pero que dos pinchazos y estocada dejaron en una gran ovación con saludos.
José Manuel Inchausti Tinin ha ganado la oreja del primero de su lote por una completísima labor con capa, muleta y espada. El joven diestro madrileño, recibió al tercero de la tarde con cinco verónicas plenas de calidad y que por ello fueron acogidas con grandes oles y ovación cerrada al rematar con la media de rigor. El toro llegó al trance final con un molesto cabeceo, pero el muchacho a fuerza de mando, de aguante y de poderío, le enjaretó una lucida labor muleteril, compuesta de pases de las más diversas marcas que entusiasmaron. Había mucho que exponer y tenía el toro mucho que torear y Tinin expuso y toreó como un auténtico maestro. Por ello cuando mató a su enemigo de una gran estocada, se le otorgó con toda justicia la oreja, con cuyo trofeo dio aclamada vuelta al ruedo, Volvieron a jalearle las verónicas en el toro que cerró plaza, así como su forma eficaz y torera de llevar a su enemigo al caballo, con unos lances por delante muy templados. El toro llegó al último tercio con notoria aspereza tirando la cara arriba sin entregarse. Tinin se dobló muy bien con él y hasta le propinó varias series de muletazos diestros que le valieron oles y ovaciones, con fondo de pasodoble torero, pero después el toro se puso a la defensiva y hubo de recurrir a la faena de aliño, para rematar a su enemigo de pinchazo y estocada un tanto desprendida, lo que no gustó al respetable.
TRIUNFOS DE CAMINO, EL VITI Y PEDRIN BENJUMEA
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Albacete, segunda de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidos de ustedes 11-9-67
Con lleno rebosante se ha celebrado la segunda corrida de la feria albaceteña. Paco Camino se ha hecho ovacionar con fuerza al torear a sus dos enemigos con el capote con verónicas plenas de garbo y arte. Su primero, tras tomar una vara y ser banderilleado con brevedad y acierto, llegó a la muleta poniéndose con cierto peligro por el pitón derecho y quedándose muy corto. Pero esto no fue obstáculo para que el camero realizase una extraordinaria labor muletera desarrollada preferentemente sobre la mano izquierda, con la que bordó varias series de naturales en los que impuso la tónica de su toreo largo y templado. El toro reservón, no se prestaba a florituras y Paco estuvo con él en plan maestro, pero perdió los trofeos por precisar de pinchazo, estocada y tres golpes de cruceta para abatir a su enemigo. Escuchó una gran ovación. En el cuarto de la tarde, Paco Camino estuvo a la altura de su fama y realizó una grandísima labor muletera en la que toreó con superior maestría, valor y pureza sobre ambas manos, derrochando arte a raudales. Adelantando el engaño y cargando la suerte, bordó series de pases naturales y derechazos que, al ser rematados con los forzados de pecho, molinetes y abaniqueos, entusiasmaron al respetable. Una grandiosa faena del camero en la que toreó con tal arte y temple, que no cabe mayor perfección. Una gran estocada que mató sin puntilla le valió las dos orejas y el rabo de su enemigo, viéndose obligado a dar dos triunfales vueltas al ruedo para corresponder al unánime clamor del público.
Una de las mejores faenas que recordamos a Santiago Martín El Viti ha sido la desarrollada con el segundo toro de la tarde, un toro manso, de corta acometida y falto de celo, al que a fuerza de dominio, maestría y mando, ha logrado sacar pases increíbles. Se había hecho ovacionar en os lances de saludo a la verónica y el toro, que salió suelto del caballo en las tres varas que tomó, evidenció su falta de casta y clase en la pelea que llevó a efecto en el último tercio. Pero el salmantino, a fuerza de porfiar y de meterse en el terreno de la res, de pisar seguro y firme y de llevarle muy toreado, cuajó una excelente labor muletera en la que templó de forma increíble en todos los muletazos, haciendo que el manso animal siguiese su franela como hipnotizado. Una meritoria faena del Viti en la que toreó con esa sobriedad y excelente estilo a que nos tiene acostumbrados. Mató de media estocada aguantando y se le otorgó una oreja con fuerte petición de otra y triunfal vuelta por el lugar del suceso. El quinto hizo una pelea a la defensiva. Fue un toro de contraestilo, deslucido a más no poder, con el que El Viti anduvo en plan torero dominador en una breve faena para estocada y descabellos la tercera y lo de siempre, los que no quieren calibrar el toro, se enfadaron con el salmantino que, en realidad nada pudo hacer con tal ejemplar.
Pedrín Benjumea ha vuelto a ser una vez más Pedro El Terrible. La cosa fue en el tercero de la tarde, al que el de Palma del Río formó tal taco que la plaza parecía que se venía abajo. Con este toro, estuvo Benjumea a la altura de su gloria y su fama, realizando una labor que entusiasmó muy justificadamente al público. Sus lances a la verónica, jaleados por sus apreturas, la perfecta forma de llevarle al caballo con lances por delante y su enorme quite por gaoneras, le valieron grandes ovaciones y el fervoroso jalear de los aficionados entregados. Y después con la franela, una tremenda faena, una grandiosa labor muletera, iniciada con estatuarios de quietud absoluta y continuada por derechazos, naturales y de pecho, ligados a la perfección. Faena tensa, de gran emoción, en la que se pasó siempre muy cerca a su enemigo en series de muletazos de gran emoción y calidad, que pusieron al público en pie. Una faena del Pedrín Benjumea de las tardes de apoteosis, en la que la plaza crujía por la fuerza de las ovaciones. Mató de una estocada trasera, por doblar el toro las manos en el momento del encuentro y se le otorgó una oreja con fuerte petición de otra y triunfal paseo por el ruedo. Mala suerte, pues si el toro no hace el extraño, el triunfo hubiera sido de máximos trofeos. El que cierra plaza es un inválido que fue protestado con fuerza por los aficionados. El ruedo se llenó de almohadillas en señal de protesta pero la presidencia continuó en sus trece y mantuvo al inválido en el ruedo. Se imponía la brevedad ante tal animal y Pedrín, tras breve muletear, pasaportó al deslucido animal de tres entradas con el acero y certero descabello, siendo aplaudido en tanto que el usía era abroncado.
UN FLOJO ENCIERRO DE LOS HEREDEROS DE MANUEL ARRANZ
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Albacete, tercera de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidos de ustedes 12-9-67
La corrida de los herederos de don Manuel Arranz, falta de clase yd e fuerza, mansa de solemnidad, ha dado al traste con el festejo de hoy en Albacete. Los toros, blandos de manos, rodaban por los suelos al menor esfuerzo y no eran género adecuado para el lucimiento de los espadas alternantes. La corrida había despertado un inusitado interés, registrado en un lleno imponente, que puso el cartel de no hay billetes el día anterior y todos los aficionados se las prometían muy felices, pero no contaron con el pésimo juego que dieron los toros del campo charro, que hicieron imposible todo o casi todo el lucimiento. El quinto de la tarde, en medio de una gran bronca, hubo de ser devuelto a los corrales por cojo, pese a que ya había tomado una vara y el sobrero de igual hierro y divisa, fue tan malo y deslucido como sus hermanos.
Andrés Hernando ha estado con muchas ganas de triunfo en sus dos enemigos a los que ha toreado muy bien con el capote y les ha realizado dos excelentes labores muleteras. Su primero, que salió suelto del caballo, frenaba en la acometida y lo hacía con la aspereza característica de los mansos. Con tal ejemplar el torero de Segovia se mostró valentísimo y torero, realizando una gran labor muletera sobre ambas manos en la que toreó con guapeza y buen arte por naturales, derechazos y de pecho, así como molinetes y otros muy lucidos que merecieron el acompañamiento de la música. Mató de pinchazo, media y dos golpes de cruceta y fue ovacionado. Al cuarto le cortó una oreja por una faena plena de valor y entrega en la que toreó muy bien sobre la derecha, logrando redondos y hasta redondísimos que entusiasmaron, así como dos series de naturales con remate de pectoral, molinetes de rodillas y otros girando por alto apretados y toreros. Mató de pinchazo, estocada y descabello a la cuarta y le fue otorgada una oreja, paseada en triunfo por el ruedo.
Los dos toros de El Cordobés fueron dos perfectos inválidos que rodaron por los suelos al menor esfuerzo y eso que el de Palma del Río los cuidó con mimo, llevando la muleta a media altura. Pero nada había que hacer, los toros rodaban a la mínima que el de Córdoba los pasaba con la muleta. Cuando la res ayudaba un poco, cuajó lances de saludo que entusiasmaron, pero con la muleta era vano todo intento. Mató a su primero de una excelente estocada, eso era lo único que cabía hacer y al sobrero, lidiado en quinto lugar, de dos pinchazos y descabello al sexto empujón, sonando precipitadamente un aviso, cuando sólo se habían consumido seis minutos de la faena. Parecía que la presidencia quisiera congraciarse con el enfado del público. Con tales reses, que se caen a cada paso, ni El Cordobés ni el que inventó el toreo pueden estar lucidos. Una vez más, el mal juego del ganado hizo pagar los platos rotos al torero.
Otro tanto ocurrió con José Fuentes. El fino estilista de Linares se las entendió con otro lote deslucido y sin clase que por su falta de fuerza y sosería, hacía imposible todo intento de ligar faena. Fuentes se hizo ovacionar en los lances de saludo y en varios muletazos instrumentados con su proverbial buen hacer. Pero al igual que su compañero, no pudo redondear el triunfo que buscó con ahínco. Mató a su primero de dos pinchazos, una corta y descabello a la primera siendo ovacionado y al que cerró plaza, de tres pinchazos, media y descabello, exteriorizando el público su enfado por el mal juego del ganado, arrojando almohadillas al ruedo.