MURCIA FERIA. 6 A 9 DE SEPTIEMBRE 1967

Angel Teruel, un sueño de torero contra la monotonía de la fiesta.

 

 

·   6 septiembre de 1967: Toros del Marqués de Ruchena para Diego Puerta, El Cordobés y José Fuentes.

·  7 septiembre de 1967: Toros de Torrestrella para el rejoneador Álvaro Domecq Romero y los matadores Miguel Mateo Miguelín, José Manuel Inchausti Tinin y Pedrín Benjumea.

·  8 septiembre de 1967: Toros del Conde de la Corte para Juan García Mondeño, Francisco Rivera Paquirri y Ángel Teruel.

· 9 septiembre de 1967: Toros de Eusebia Galache para Miguel Báez "Litri", Paco Camino y Sebastián Palmo Linares.

 

TRIUNFO DE JOSE FUENTES CON LLENAZO EN LA CONDOMINA 
 
Toros del Marqués de Ruchena para Diego Puerta, El Cordobés y José Fuentes 
Comentario a la primera corrida de toros de la Feria de Murcia, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.- 6-9-67 
 
Llenazo en La Condomina. En el cartel, tres nombres prestigiosos que sirvieron de imán para atraer a la plaza a un enorme gentío. Los toros para tal acontecimiento, pertenecían a la vacada del Marqués de Ruchena, pero dos de ellos debieron de ser sustituidos en el sorteo por otros de Dionisio Rodríguez, lidiados en tercero y quinto lugar. Todos constituyeron un encierro parejo en mansedumbre  y falta de clase al que los diestros actuantes lograron sacar más partido del que en realidad tenían. 
 
Diego Puerta, el salerosísimo espada sevillano, ha brillado extraordinariamente al torear con el capote a sus dos toros. Sus verónicas de pies juntos y las de abierto compás, han cautivado al público haciendo gala de su garbo y calidad torera al manejar el capote. El primero de su lote, que saltó de salida al callejón, tomó una vara derribando y saliendo suelto de la segunda. Llegó a la muleta, tras esperar en banderillas, embistiendo sosamente y con la cara alta. Pese a ello, le enjaretó el de San Bernardo una excelente labor muletera, una faena en la que derrochó valor, arte y gracia. Su bien ligada labor fue seguida con creciente interés por el entusiasmado público con ovaciones y música. Derechazos, naturales y de pecho, molinetes garbosísimos y los adornos pintureros, completaron un todo armónico de gran belleza, por eso, cuando mató al soso y deslucido animal de media estocada muy buena, se le otorgó una oreja con petición de otra y aclamada vuelta a la redonda. Poca fuerza tenía el cuarto, que salió echando las manos por delante y frenando. Con un solo picotazo cambió Diego el tercio y cuando nadie esperaba nada, nos sorprendió con una excelente faena que tuvo el mérito del mimo y el temple que imprimió a los todos los pases. Llevando la muleta a media altura, corrió templadamente la mano en series de derechazos y naturales que al ser rematadas con los de pecho y otros adornos airosos promovieron grandes ovaciones. Labor de orejas pero que quedó en una gran ovación con saludos por el fallo a espadas, pues el sevillano precisó de varias entradas y no acertó con el descabello, dando lugar a que sonase un aviso. 
 
No bien se abrió de capa El Cordobés en su primero, dio comienzo el alboroto. Sus lances peculiares fueron acogidos con grandes oles, al igual que un apretado quite por chicuelinas, apretado y torerísimo. El toro, que había tomado un picotazo y una vara, saliendo suelto, llegó a la muleta del de Palma del Río con corta acometida, frenando y echándole la cara arriba. Pero esto no fue obstáculo para que Manolo le compusiera una excelente labor muletera, iniciada con tres estatuarios de quietud marmórea, que remató con un soberbio pase de pecho. Y de ahí en adelante, a fuerza de porfiar, formó uno de sus acostumbrados alborotos. Una faena en la que ligó series de muletazos a los que imprimió  temple y mando, Faena de altos vuelos, desarrollada ante un toro de difícil condición y en la que Manolo no se apartó ni un milímetro del camino de la ortodoxia torera, dando así un rotundo mentís a los que le consideran heterodoxo. El toro, cobarde y sin clase, dio en refugiarse en tablas, mediada la labor del maestro, pero de nada le valió porque ahí le buscó El Cordobés que, en arrogante porfía, le cuajó muletazos de gran exposición y mérito. Una gran estocada haciéndolo todo el torero y un certero descabello, dejaron para el arrastre al del Marqués y la plaza, blanca de pañuelos, pidió trofeos para el triunfador. La presidencia sólo otorgó una, ganándose la general repulsa. El Cordobés dio aclamada vuelta al ruedo recogiendo toda clase de prendas de vestir y un monumental sombrero cordobés que le arrojaron unos entusiasmados admiradores. El quinto es un manos de Dionisio Rodríguez, que toma tres varas y sale suelto, llegando a la muleta a la defensiva y haciendo hilo. No se pudo hacer nada con tal mulo, que se defendía y daba coces como un condenado. Manolo está con él como hay que estar con tales toros, breve. Con la espada no estuvo afortunado al matar de estocada, dos pinchazos y una corta y pareció que se acababa el mundo. En fin, lo de siempre, que este torero de máxima expectación no puede redondear el éxito. 
 
Para José Fuentes ha sido el éxito más rotundo de la calurosa tarde. El joven maestro de Linares ha estado cumbre durante toda su actuación. Con el capote ha toreado haciendo gala de su fino estilo en lances a la verónica de gran calidad en los que ha jugado los brazos de maravilla y ha templado superiormente. En quites ha estado lucidísimo en unas chicuelinas de gran plasticidad, que se han jaleado cumplidamente y en la dirección de la lidia de sus toros, ha dejado patente su condición de torero poderoso y magistral. 
Ha tenido mucho mérito su labor muletera en el tercero, un toro mansurrón y sin clase, que hizo toda la pelea gazapón y topón, pero el joven maestro de Linares, lo supo meter en su muleta con dos dobladas portentosas en las que llevó muy bien embarcado a su enemigo para después, en los medios, aguantarle hasta que el gazapeante animal metía la cabeza en la franela De ahí en adelante, todo fue coser y cantar, pero cantar por todo lo grande y todo lo bello del toreo, en una faena compuesta de pases largos, templados y magníficos que levantaron el clamor en los tendidos. Muletazos plenos de armonía, ligazón y aguante, que hacían olvidar al toro su mansa y gazapona condición y a nosotros creer que era un toro y no un mulo. Faena pues, de gran calidad y mérito en la que José Fuentes se pasó muy cerca a su enemigo. Mató de una gran estocada y un intento de descabello y dio aclamada vuelta al ruedo, siendo portados de las dos orejas de su enemigo. Al que cierra plaza, lo torea muy bien a la verónica y lo lleva al caballo superiormente por chicuelinas galleadas que se jalean. Una sola vara saliendo suelto toma el de Ruchena y José, tras solicitar y obtener el cambio de tercio, inicia su labor muleteril con unas dobladas rodilla en tierra soberbias, para continuar toreando con gusto y buen arte sobre ambas manos, ligando una variada y completa faena que mereció música y ovaciones. Una estocada acaba con la vida de su enemigo y en medio del clamor unánime del público, se le otorga una oreja con petición de otra y sale de la plaza en hombros de los entusiastas. 
DOS OREJAS A MIGUELIN EN UN DESLUCIDO ENCIERRO DE TORRESTRELLA 
 
Toros de Torrestrella para el rejoneador Álvaro Domecq Romero y los matadores Miguel Mateo Miguelín, José Manuel Inchausti Tinin y Pedrín Benjumea 
Comentario a la corrida celebrada esta tarde en Murcia, segunda de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.- 7-9-67 
 
Otro llenazo impresionante en el coso de La Condomina. Se han lidiado toros de Torrestrella, de don Álvaro Domecq. Los correspondientes a los toreros de a pie, han dado buen juego para los montados, pero no se han prestado al lucimiento de los espadas alternantes, que han tenido que exponer valerosamente ante reses de corta acometida y sobradas de temperamento, aunque faltas de fuerza, lo que hacía que se defendiesen. 
El primero de la tarde, que derribó en el primero de los dos encuentros que tuvo con el piquero, salió echando las manos por delante y con bronca casta. Miguelín lo saludó con unas verónicas que se jalearon y en banderillas, se hizo ovacionar con fuerza al prender con su habitual facilidad, tres pares de rehiletes. El toro, que llegó falto de un puyazo al trance final, tenía corta acometida y derrotaba con peligro- Era un toro áspero y difícil al que la maestría y el oficio reconocido de Miguelín, pudieron enjaretarle una valiente y variada labor muletera en la que el de Algeciras expuso y no poco, en varias series de derechazos y pectorales en los que se jugó el físico y en unos naturales en los que el toro derrotaba con bronquedad.  Pero como Miguelín está en voz, tras estos pases de indudable mérito, le instrumentó otros muletazos de espaldas que acabaron por caldear del entusiasmado ambiente y culminó su actuación haciéndole hasta el teléfono. Mató de una gran estocada y se le otorgaron las dos orejas, dando aclamada vuelta al ruedo. El segundo de su lote tomó tres varas con derribo a la primera. Miguel lo banderilleó colosalmente, siendo de destacar un par al quiebro soberbio. La ovación fue de gala. A la franela llegó la res echando la cara arriba, derrotando con peligro y buscando el quedarse en mitad de la suerte. Estuvo en plan de torero valeroso en una faena porfiona y torera en la que aguantó las tarascadas que le tiraba su enemigo, que mordió el polvo de una gran estocada de cuya ejecución salió el torero con la pechera rota. Fue aplaudido. 
 
Lo mejor que se ha hecho esta tarde con el capote ha estado a cargo del joven matador de toros madrileño Tinin, el cual ha toreado a la verónica a sus dos toros con temple y buen estilo. Fue una pena que el toro, tras tomar una vara, llegase a la muleta renqueando de la mano derecha. Y decimos esto, porque de ahí en adelante, el toro dio en quedarse cortísimo y en doblar de manos al menor esfuerzo. Pese a ello Tinín toreó con gran mando y temple en varias series de pases sobre ambas manos que se jalearon con fuerza.  Pero na había nada que hacer con tal ejemplar y el madrileño lo pasaportó de una gran estocada que le valió una ovación con saludos. Al quinto de lidia normal, lo toreó muy bien con capote y muleta, llevándole a cabo una excelente labor con la franela en la que usó preferentemente la mano izquierda, logrando varias series de naturales de perfecta ejecución que se acogieron con gran des oles. Faena de oreja, pues fue completada con molinetes, derechazos y otros pases de adorno, pero que quedó sin trofeos al precisar de tres entradas con el acero, antes de descabellar a la primera. Hubo gran ovación con saludos de Tinin que cerraba así una buena actuación. 
Padrín Benjumea ha estado luchando contra la mala fortuna de dos toros que le han llegado a la muleta con corta acometida y defendiéndose. El de Palma del Río, que había toreado muy bien a la verónica a su primero, dio comienzo su trasteo muleteril con unos muletazos por alto en tablas muy emotivos. Pero después el toro, que había tomado dos varas e hincado los pitones en el suelo dando una limpia voltereta, llegó derrengado de las manos y ello hizo que se le quedase debajo y no pasase, pese a la valerosa porfía a que le sometió el torero. Media estocada y descabello a la segunda, acabaron con el de Torrestrella y Pedrín Benjumea fue ovacionado. El segundo de su lote fue un toro de cuidado que hizo toda la pelea a la defensiva y desarrolló mucho sentido. Pedrín dio comienzo a su labor muletera con cinco temerarios pases de rodilla que, al ser rematados con el de pecho, le valieron una gran ovación. Después el toro dio en buscar el bulto, en quedarse debajo del engaño y derrotar, poniendo en evidente peligro al torero que en una ocasión resultó cogido, salvándose por milagro de un grave percance. Por tirarle la cara arriba y no dejarle meter el brazo, pinchó en dos ocasiones y por fin pudo pasaportar al regalito de dos golpes de cruceta y respiramos todos. 
 
Entre los toros tercero y cuarto de lidia normal y al final del festejo, actuó el caballero rejoneador don Álvaro Domecq Romero, que estuvo muy lucido al prender rejones y banderillas a una y dos manos. Tras prender en ambos dos rejones de muerte, echó pie a tierra  y tras breve muletear, mató a sus oponentes de sendas estocadas, por lo que fue premiado con una oreja de cada uno. Al final, fue paseado en hombros por el ruedo. 
UNA SERIA, NOBLE Y EXCELENTEMENTE PRESENTADA CORRIDA DEL CONDE DE LA CORTE 
 
Toros del Conde de la Corte para Juan García Mondeño, Francisco Rivera Paquirri y Ángel Teruel. 
Comentario a la corrida celebrada esta tarde en Murcia, tercera de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 8-9-67 
 
La corrida de esta tarde será recordada en Murcia porque los tres espadas alternantes, cada uno dentro de su estilo, han hecho cosas importantes a una seria, y noble corrida del Conde de la Corte. Una corrida de verdad, con trapío para dar y vender, excelentemente presentada y con pitones de toros de principios de siglo. Y así a nadie deberá extrañar que los tres espadas hayan salido en hombros de una multitud de entusiastas que, tras pasearlos por el ruedo en volandas, se los hayan llevado por la puerta grande por las calles de la ciudad. Y de no haber existido un absurdo rigor presidencial, que le ha valido justas broncas al usía, el balance de trofeos hubiera sido de asombro. 
 
Abrió el festejo el caballero rejoneador don Álvaro Domecq Romero, que tuvo que pelear contra la mansedumbre y falta de estilo de un toro de doña María Cruz Goméndio. Estuvo el caballero jerezano magistral en la monta y en la colocación de los hierros de castigo y banderillas a una y dos manos, ganándose por ello fuertes ovaciones, Tras dos rejones de muerte echó pie a tierra y tras breve faena, pasaportó a su enemigo de cuatro pinchazos y dos golpes de cruceta pese a lo cual, hubo ovación con saludos para el caballero. 
 
Ya en lidia normal, se corrieron seis toros de los herederos del Conde de la Corte, como queda dicho. Juan García Mondeño ha tenido una tarde plena de aciertos, tanto al torear con el capote como al manejar la muleta y espada. El primero de su lote, que de salida quiso saltar al callejón, se fue luego para arriba y permitió al gran torero de Puerto Real enjaretarle una excelente labor muletera, en la que el ex-novicio toreó con superior arte y con tales apreturas que puso al público en pie. Y así, pisando firme y seguro, templando y corriendo la mano en todos os muletazos, desarrolló una completísima labor muletera, en la que los naturales, derechazos y los de pecho, tuvieron auténtica calidad. Mató a este toro de pinchazo, estocada y descabello y hubo fuerte petición de oreja que no fue concedida y bronca al presidente. Mondeño se limitó a permanecer entre barreras en tanto que arreciaban los aficionados en sus ovaciones, que continuaron cuando ya había pisado la arena el segundo de la tarde, teniendo que saludar  montera en mano.  Pero quedaba otro toro en los corrales para el torero regioporteño y con él formó tal escandalera, estuvo tan en torero, tan valiente, que la plaza entera fue un clamor de ovaciones cuando desarrollaba el personal artista una variada y completa labor muletera en la que hubo pases sobre ambas manos de perfecta ejecución. Y esta vez la presidencia no tuvo más remedio que otorgarle las dos orejas, tras matar a su enemigo de pinchazo y una gran estocada. Mondeño paseó el ruedo siendo portador de los trofeos tan justamente ganados. 
 
Tres cuartos de lo mismo que le pasó a Mondeño en su primero, le ocurrió a Paquirri en el segundo de la tarde. Había saludado al del Conde con unas largas de rodillas y unas excelentes verónicas y tras tomar la res una vara en la que derribó, hizo un apretado quite por gaoneras que le valió nuevas ovaciones. Fácil banderillero, en los medios prendió dos pares de banderillas al quiebro y cerró el tercio con otro doble quiebro de antología. La plaza bramó de entusiasmo y Paquirri tuvo que saludar repetidamente para corresponder a la gran ovación que se le tributaba. Pero no acaba aquí la cosa porque después, con la franela, el torero de Barbate estuvo valiente y torero al realizar una variada y artística faena en la que jugó ambas manos con maestría y singular donaire. Una estocada entera y tres descabellos finiquitó a su enemigo y erre que erre, el presidente siguió en su absurda postura de desoír la unánime demanda de trofeos. Se ganó por su injusto proceder otra bronca y Paquirri dio una celebrada vuelta al ruedo. En el quinto, ya no tuvieron más remedio que otorgarle la oreja, pues el muchacho toreó muy bien con el capote y tras banderillear con soltura a un toro que esperaba , realizó otra excelente labor muletera en la que desarrollo un amplio y variado tratado de tauromaquia. Templado, mandando y ejecutando superiormente el toreo, cinceló varias series de derechazos, naturales y pases de pecho y a la hora de los adornos se mostró pinturero y valiente a carta cabal. Mató de una estocada a un tiempo y esta vez sí, le otorgaron la oreja, con fuerte petición de otra y triunfal vuelta al anillo. 
 
Lo que ha hecho esta tarde en el coso de La Condomina Ángel Teruel, no es para contarlo, es para verlo. Un sueño de torero es este muchacho que viene a salvar al toreo de tanta monotonía, de tanta vulgaridad. Es Ángel Teruel un torero de tales dimensiones y calidades que cada día nos deja más perplejos con sus progresos. Su cabeza y su sentido asombroso de la lidia, del toreo mismo, nos tiene sorprendidos. Porque es muy difícil estar en la plaza con la soltura, con el sitio, con la natural arrogancia, con la majestad y la seguridad con que él anda. Su sentido extraordinario del toreo, su capacidad para resolver toda clase de problemas, es patrimonio de los que han llegado a ser figuras de época. Todo en su quehacer tiene un porqué, un motivo y un fin. Es un torero que torea con sentido de la lidia y no una máquina de pegar pases, tan al uso. Como aficionados, como enamorados de esta incomparable fiesta de los toros, saludamos la presencia de Ángel Teruel en los ruedos. 
Poca fuerza tiene su primero, pero él supo desarrollar una perfecta teoría de temple, de armonía, al saludarle con unas verónicas pletóricas de elegante facilidad y después, con la franela, una faena de torero de amplios recursos, de arte extraordinario, de maestría suma, en la que los derechazos fueron extraordinarios y los naturales, los de pecho, modélicos. Cómo sería que esta vez el rigor presidencial no valió y tras matar a su enemigo de una gran estocada, le otorgó con toda justicia la oreja de su enemigo, con la que dio una aclamada vuelta al ruedo en unión de sus compañeros de terna. Pero con haber estado soberbio en este toro, donde llegó a la cumbre de la perfección, fue en el toro que cerró plaza con el que el capote en sus manos fue brisa suave en el lance fundamental de la verónica. Y la plaza se vino abajo ante cuatro verónicas y media de remate. Y después, con la franela, la ligazón perfecta de los muletazos, el gusto, el sentido estético de su toreo, la majestuosa ejecución de sus naturales y derechazos, de sus pases de pecho, solo tuvieron rival en el temple, en el suave y lento mover de la tela torera, en ese llevar embarcado y toreadísimo a su enemigo que había sabido prender con la franela adelantada para culminar el pase hasta más allá de donde el mando hace posible el milagro del muletazo sentido y hondo. Una faena de las que no se ven a menudo, en la que sentimos y gustamos el toreo en toda su verdad. Y para demostrar que por algo es matador de toros, media estocada que la firmarían gustosos los más grandes virtuosos de la suerte que en el toreo han sido. La plaza bramó de incontenible entusiasmo, saltaron al ruedo una nube de aficionados, le cogieron en volandas y en medio del clamor general, salió de la plaza en hombros en unión de sus compañeros de terna, mostrando os máximos trofeos, las orejas y el rabo conseguidos. 
Vino a sustituir a un maestro insustituible: Antonio Ordóñez y bien podemos decir que ha hecho honor a la sustitución. El Rey, Antonio Ordóñez, tiene ya en verdad un príncipe heredero: Ángel Teruel
 
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches a todos.-
 
TRES OREJAS Y RABO PARA PACO CAMINO QUE OBTIENE UN TRIUNFO DE APOTEOSIS. 
 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Murcia, cuarta y última de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 9-9-67 
 
Un encierro de doña Eusebia Galache que en su conjunto ha cumplido. Miguel Báez Litri se las ha entendido con los dos toros más deslucidos del encierro. Dos reses que han hecho una pelea sin clase y sin bravura, que han embestido con la cara alta y que han salido siempre o casi siempre desentendiéndose de los engaños. Ante tales elementos, poco o muy poco se podía hacer y Miguel ha estado con tales reses en plan de torero  tesonero y valiente a carta cabal, luciéndose en verónicas de recibo y en varias series de muletazos sobre ambas manos que se han jaleado, especialmente en su primera labor muletera en la que ha instrumentado toda clase de pases de su peculiar estilo. Pero por resultar la espada atravesada y precisar de un descabello en primera instancia, el premio ha quedado en una gran ovación con saludos. Su segundo, manso, distraído y huidote, no ha aceptado en ningún momento la pelea, pues no quería sino huir de la franela. Mató de pinchazo y media y pagó las culpas del manso animal. 
 
Paco Camino ha toreado esta tarde con el capote como lo hacen las figuras auténticas de la fiesta. Sus verónicas templadas y torerísimas a sus dos toros, han sido un dechado de perfección. Y el público lo entendió así, premiando al de Camas con sonoras ovaciones. Con la franela ha desarrollado dos completas obras toreras en las que ha dado un curso de toreo de verdad, sin trampa ni cartón, sin efectismos ni alharacas de cara a la galería. Paco ha toreado con la verdad  por delante, haciendo del toreo al natural un monumento al arte. No se puede estar con más mando, mayor temple ni mejor arte que como ha estado esta tarde el sevillano, que adelantando la muleta y cargando la suerte sin brusquedades y con naturalidad, ha hecho un toreo de suprema calidad. Y con la mano diestra, ha toreado con igual buen estilo, con el mismo excelente gusto torero y a la hora de adornarse lo ha sabido hacer con natural elegancia, con gracia y garbo del bueno. La plaza era un clamor de oles y ovaciones y al final de las series de muletazos, rematados con los forzados de pecho o con los airosos abaniqueos, en el ambiente quedaba ese runrún especial de los grandes acontecimientos. Mató a su primero de una gran estocada con refrendo de descabello y se le otorgó una oreja con triunfal vuelta al ruedo. En el cuarto toreó de forma colosal desarrollando una grandiosa labor muletera en la que toreó como sólo él sabe hacerlo, por naturales pases de pecho, ayudados y derechazos en los que templó de maravilla la embestida en un derroche de majeza y arte extraordinario. Una estocada corta y dos golpes de cruceta bastaron para abatir a su enemigo y Paco Camino paseó por el ruedo las dos orejas y el rabo  en medio de una verdadera lluvia de prendas de vestir y flores. Un gran triunfo de Paco Camino que viene a ratificar así su gran momento artístico. 
 
Veíamos a Palomo Linares tras su grave percance de Barcelona, que le ha tenido como todos saben, alejado de los ruedos mucho tiempo. Le vimos con el mismo afán de triunfo de siempre, con su valor de novillero rabioso, con su garra y su alegría pinturera y bullidora, que tanto llega al público. Ovacionado con el capote, realizó dos faenas compuestas de pases sobre ambas manos que se jalearon con fuerza y se premiaron con música, oles y ovaciones. Mató a su primero de tres pinchazos por quedarse en la cara siempre y una estocada y se le otorgó una oreja. En el que cerró plaza estuvo valiente y animoso, pese a que su enemigo le cogió con aparato y le propinó varios achuchones. Mató de pinchazo con su acostumbrado defecto de quedarse en la cara y una estocada un poco desprendida y le fueron otorgadas las dos orejas y salió de la plaza en triunfo.