Aranjuez.- Feria del Motín 5 de Septiembre-65
Esa fuerza que tienen las obras plenamente logradas...
Día 5 de Septiembre de 1965
5 Toros de Hºs Dª Mª Montalvo
1 Toro de Bernardino Jiménez
- Santiago Martín “El Viti”
- Manuel Benítez “El Cordobés”
- Manolo Amador
MEMORABLES FAENAS DEL CORDOBÉS Y EL VITI MALOGRADAS CON EL ACERO.
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Aranjuez, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.
El Real Sitio de Aranjuez, celebra sus tradicionales fiestas y dentro de ellas, el mayor aliciente es la corrida de toros que se ha celebrado esta tarde, en la que han actuado Santiago Martín “El Viti”, Manuel Benítez “El Cordobés” y Manolo Amador, los cuales han despachado cinco toros de los Herederos de Dª Mª Montalvo y uno –corrido en tercer lugar- de Bernardino Jiménez.
La plaza ha registrado uno de los mayores llenos de la historia y naturalmente, la reventa ha hecho su agosto en pleno mes de septiembre. Ambiente extraordinario, disputas entre los que llegaban tarde –estuvo entrando público hasta el tercer toro- y los que se encontraban ya en el coso. Reventón pocas veces conocido, pasión e interés inusitado.
El primer toro de la tarde salió echando las manos por delante y embistiendo con la cara alta. Santiago le saludó con seis verónicas y media muy buena que le valieron una clamorosa ovación. Tras tomas el toro una vara, el espada mandó cambiar el tercio pues el toro, falto de fuerza, no estaba para mucho castigo, lo que demostró al caer al suelo en los primeros muletazos. Por esa misma falta de fuerza, el de Montalvo llegó a la muleta con media arrancada, quedándose en mitad de la suerte. El de Vitigudino se muestra voluntarioso en una faena sobre ambas manos, rematada de dos pinchazos y estocada, lo que hace que se dividan los pareceres. Volvieron a jalearle sus verónicas de saludo al cuarto de la tarde, que tras tomar dos varas, llegó al trance final apto para el lucimiento. El salmantino le realizó una extraordinaria labor con la franela, dando a los pases diestros amplitud y reposo, mando y temple extraordinario. Adelantando el engaño, prendía en él a su enemigo y le hacía recorrer caminos de torería entre el continuo jalear de la multitud. Vinieron después unos naturales logradísimos, a los que ponía remate con soberbios pases diestros, afarolados y nuevo pectoral. La faena, pulcra y entonada, de torero en posesión de un estilo limpio y puro, tuvo fuerza, esa fuerza que tienen las obras toreras plenamente logradas. Era labor de orejas, pero la espada en dos pinchazos previos, antes de lograr la estocada, dejó el premio en una gran ovación con saludos, malográndose así un éxito rotundo.
Manuel Benítez “El Cordobés” es, como se sabe, el apasionamiento, la emoción y la sorpresa torera. Nunca se sabe lo que va a hacer el discutido diestro y en ello radica su personalidad arrolladora. Hoy en Aranjuez ha dado otra sorpresa mayúscula a los aficionados, porque se ha destapado con una faena memorable, en la que ha toreado con esa quietud de siempre, con ese sentido de lo emocional que posee y además con toda la pureza que mandan los cánones. Comenzó la cosa con dos dobladas rodilla en tierra, enormes y acto seguido comenzó a torear de forma insuperable con la derecha. Pases y más pases con sentido del ritmo, de la medida y del temple, fueron fluyendo de su personalísima y torera muleta. Pases en los que llevaba superiormente toreado a su enemigo dando a la suerte una largura y una dimensión francamente admirable. La izquierda anduvo también por cauces de la más estricta ortodoxia y sus naturales de temple insuperable, sus pases de pecho de pitón a rabo pusieron la plaza hecha un manicomio de olés y ovaciones delirantes. Pocas veces hemos visto torear con tal quietud, temple y recreo que como ha toreado esta tarde El Cordobés al bravo toro de Montalvo. Y pocas veces hemos visto a un público más entusiasmado. Pues pocas veces se ve torear como lo ha hecho al diestro de Palma del río, que una vez más demostró a los que no quieren convencerse de que es un torero de cuerpo entero, la gran verdad de su toreo. Y ya logrado el entusiasmo delirante del público por cauces de la más auténtica pureza, se recreó y nos entusiasmó a todos con unos muletazos de rodillas, redondos, de pecho y otros alardes de valor que terminaron por poner al público fuera de sí. No se pueden hacer más cosas a un toro encastado que las que le ha hecho El Cordobés. Mató, por precipitarse a medio toro arrancado, estocada con salida indiscreta, pinchazo y una corta con refrendo de descabello. Pero la faena había sido tan enorme, había calado tan hondo en los graderíos, que la plaza se cubrió de pañuelos en demanda de trofeos. Y una vez más se vulneró el reglamento en cuanto a la concesión de la primera oreja, que como se sabe es de potestad del público pagano, que la pidió unánimemente. No se otorgó ésta y Manolo se negó a dar la vuelta al ruedo, ganándose por ello la presidencia una gran bronca. El quinto arrolla en los lances de saludo y tras tomar una vara, llegó al trance final completamente derrengado, habiendo rodado por los suelos al prenderle el primer par de banderillas. El toro no puede con el rabo y el público que ve esfumarse la posibilidad de ver de nuevo al Cordobés, hace gala de su descontento arrojando almohadillas al ruedo y abroncando, injustamente, al presidente por no retirar al toro, que por otra parte nos e mantenía en pie. Lo mató, tras breve trasteo, de pinchazo hondo y dos golpes de cruceta y hay ovación para el torero y pitos para el toro en el arrastre.
Manolo Amador ha estado valiente y voluntarioso durante toda la tarde. El de Bernardino Jiménez llegó a la muleta quedándose cortísimo y buscando por ambos pitones y el torero, que se había hecho ovacionar en verónicas muy templadas, le realizó una valerosa faena por derechazos y naturales, que se aplaudieron, matando de cuatro pinchazos y estocada. El sexto de salida, arrolló al peón José Cano, sin consecuencias por fortuna. Tras tomar una vara, llegó a la muleta con áspera embestida y quedándose corto. Pese a ello, el de Albacete le realizó una entonada labor con pases sobre ambas manos que le valieron olés y aplauso general, para tres pinchazos y estocada, siendo aplaudido.
La corrida de Montalvo dio el juego que queda reflejado en el comentario y el de Bernardino Jiménez no se prestó al lucimiento. Con todo, el público salió satisfecho del festejo por las dos grandes faenas de El Viti y El Cordobés.
Y por hoy nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea a todos muy buenas noches.-