Barcelona Novillada 14-3-65

"Homenaje póstumo al que fue modelo de empresarios, Don Pedro Balañá Espinós."

            

Día 14 de Marzo de 1965

  6 Novillos de Urquijo-Murube
   - Andrés Torres "El Monaguillo"
   - Paco Pallares
   - Manuel Espinosa "Armillita" (que hacía su presentación en Barcelona)

PRESENTACION DE ARMILLITA EN BARCELONA.-

Comentario a la Corrida de Novillos celebrada esta tarde en Barcelona, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.-

La tarde tenía un claro signo de emotividad. En el cartel, un debutante, Manolo Espinosa “Armillita” espigado, con una gran figura de torero, lucía un precioso terno verde y oro. El hijo de aquel Armillita, hacía su presentación en España en la plaza en que lo hizo su padre. Para tal acontecimiento se formó un cartel de auténtico lujo. Seis novillos de Urquijo-Murube, finos de lámina y muy bien encornados. Una novillada muy en el tipo de la casa, de la que los dos primeros no han aportado nada en honor a la renombrada divisa. Los cuatro restantes han cumplido con los montados evidenciando su casta. A uno de ellos, el cuarto, le dieron la vuelta al ruedo entre protestas de los graderíos, muy justificadas pues no fue res merecedora de tal honor.

     Descubiertos y luciendo crespones negros han desfilado las cuadrillas, las cuales al llegar a la presidencia, han permanecido guardando un minuto de silencio, al igual que el público puesto en pie, como homenaje póstumo al que fue modelo de empresarios, Don Pedro Balañá Espinós.

     Decíamos que para esta novillada de presentación del hijo de Armillita se había formado un cartel de auténtico lujo. Como compañeros del debutante, Andrés Torres “El Monaguillo” y Paco Pallares. Gran entrada y tarde fría.

     El debutante, joven espada mejicano, ha causado una excelente impresión. Seguro, dominador y muy puesto, no ha pasado por ese obligado bache que sufren los diestros aztecas cuando se enfrentan con los toros españoles. La novillada, encastada como era de esperar, tenía mucho que torear. Había que ser y sentirse torero y el muchacho lo ha sido y se ha sentido. Buen capeador, variado y profundo y excelente muletero, ha lucido mucho al manejar ambos engaños. Su primer trasteo muleteril ha sido acompañado por la música y las continuas aclamaciones del respetable y ambas manos las ha movido con temple y conocimiento. Ha sido una lástima que el acero no lo haya empleado con acierto, pues hubiera sido premiado con algún trofeo. Genio y temperamento tuvo su segundo, que le cogió por el muslo y cuando le quiso meter la cabeza en el suelo, el mismo diestro se hizo el quite girando sobre sí mismo. Faena de torero de amplios recursos, dominador y valiente pero de nuevo deficiente con el estoque. En ambos fue ovacionado y ha dejado un grato sabor. Aquí hay novillero de mucho interés.

     Torpón y sin clase fue el primero de la tarde, al que recibió El Monaguillo con unos excelentes lances a la verónica que formaron el primer alboroto en los tendidos. El novillo llegó a la muleta con corta arrancada y poniendo al diestro los pitones en el pecho. Pero estaba visto que el acólito estaba dispuesto a triunfar de forma clara y a fuerza de exponer, a fuerza de hacer alardes de torería, le cuajó una excelente faena que tuvo amplio eco en las ovaciones, los olés y el acompañamiento del pasodoble torero. Faena emotiva, de entrega de un torero que viene pisando firme, de un novillero que sabe estar en novillero, pero con hondos acentos de matador de toros. Un gran pinchazo y una entera y consigue una gran ovación con aletear de pañuelos que el espada recoge modestamente desde el tercio. Parecía decir que no era aquello lo que él deseaba, no era eso, no. Había otra letra de cumplimiento inaplazable en el cuarto y allí fue a por ella. Como principio a la gran obra torera, cuatro ayudados de quietud marmórea, cuatro muletazos en los que el diestro de Málaga se pasó a su enemigo por la faja con apreturas asustantes. Vino después tras unos muletazos de tirón, el toreo al natural. Un toreo reposado, magistralmente concebido y mejor efectuado que tuvo olor, color y sabor a cosa plenamente lograda. Era dormirse en la suerte, iniciar y rematar a la perfección los pases fundamentales, con tal templanza, con tal personal maestría que las gentes. Los aficionados todos, le jalearon alborotadamente. Era que un muchachito de gesto tímido, de mirar como ausente, estaba toreando recreándose con un toreo en el que aleteaban los duendecillos de la inspiración mas desbordada. Era, ni más ni menos que todo el toreo, el toreo eterno, cincelado por la muleta asombrosamente clásica de este Andrés Torres, de este Monaguillo que marcha a pasos agigantaos a consagrarse como torero. Y la diestra bordó, cadencia y armonía perfecta, toda la dimensión, toda la mágica amplitud del pase en redondo, de los de pecho, de los adornos garbosos y torerísimos, Todo el toreo puesto en pié, dentro de la figura aniñada, como en éxtasis de Andrés Torres “El Monaguillo”. Y como remate, como colofón magnífico, la estocada entrando a ley y el oportuno descabello. Vestido blanco de novia tenía la plaza. Oreja, fuerte petición de otra y triunfal paseo por el ruedo recogiendo toda clase de prendas de vestir en homenaje multitudinario de desbordado entusiasmo.

     Paco Pallares ha estado alegre, garboso y pinturero, pero sus dos enemigos, uno, el segundo, torpón y de corta arrancada y otro con acusado genio, de revolverse en un palmo y descolocando, no le han permitido cosas mayores. Un quite precioso por chicuelinas y otro por gaoneras y dos faenas en las que pese a las dificultades de sus enemigos ha escuchado ovaciones y música, pero que tampoco han tenido rápido final con el acero, han dejado el balance final en aplausos en los dos.

     Y nada más, esto ha sido lo que ha dado de sí la novillada de esta tarde en Barcelona, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-