Colmenar Viejo 27 de Agosto de 1962

El sentido acusado de la res, hacía que el trance, al lado de la emoción estética de su toreo, tuviera emoción evidentemente dramática.

Día 27 de Agosto de 1962
 
   6 Toros de Manuel Arranz
 
-  César Girón
-  Fermín Murillo
-  Luis Segura
 

A LAS PUERTAS DE MADRID. COMENTARIO A LA CORRIDA DE ESTA TARDE EN COLMENAR.

Ambiente de solemnidad, tarde de toros en Colmenar Viejo. Muchos coches de Madrid, hoy es fiesta grande, fiesta tradicional de toros en Colmenar y al vecino pueblo, de cómoda plaza, acuden aficionados de pro y toreros. Vemos a Curro y Efraín Girón, al ex matador de toros Paco Mendes al que acompaña Carlos Corbacho, figura puntera de la novillería. En otra barrera, El Cordobés con el empresario de la plaza de Sevilla, Señor Canorea, y muchos más que harían interminable esta reseña.

        Un bien presentado encierro de Manuel Arranz que ha tenido de todo. Toros que han hecho una buena pelea con los montados y otros en cambio, mansurrones, se han quitado el palo. Unos han derribado y otros se han dolido al hierro. Para los de a pie, de condición irregular, siendo los peores los tres últimos que evidenciaron sentido.

        César Girón, integrante de una dinastía torera de gran relieve, ha toreado superiormente a la verónica entre grandes oles, pues ha sabido embarcar a su enemigo entre lances de gran ajuste y calidad. La faena, brindada al público, fue amenizada por la música y coreada por la multitud, ya que el venezolano toreó con la maestría en el habitual por ayudados, derechazos y pases de pecho, así como en un bello y emotivo toreo al natural en el que puso cargazón y armonía. Mató de pinchazo y estocada y hay fuerte petición de oreja y vuelta triunfal. El cuarto fue un toro que de salida frenó ante los capotes pero César supo encelarlo y se estiró con él en lances a la verónica que fueron aclamados. Requirió los palos a petición del público y puso dos grandiosos pares de banderillas que fueron ovacionados con calor. Pero a la hora de la muleta, el toro se puso a la defensiva y no quiere pasar. Faena atemperada a las condiciones del toro y lo pasaporta de dos pinchazos, media y descabello a la primera.

        De nuevo y esta vez a las puertas de Madrid ha triunfado Fermín Murillo. El aragonés ha dejado patente su arte en un toreo al natural en el que puso temple y cargazón definitivo, corriendo la mano con sin igual maestría y  ligando los muletazos con gran sentido del toreo. Los de pecho, forzados de verdad, ligadísimos a las series de naturales fueron adecuado remate al bello toreo que estaba desarrollando. El toro no iba por el pitón derecho, pero tras cuatro series de portentosos naturales, cinco en cada una de ellas con el de pecho, prendió al toro en la muleta en una serie de pases sobre la mano diestra en los que puso temple y mando definitivo. Mata de media estocada y descabello a la segunda y hay oreja con fuerte petición de otra y triunfal vuelta. El cuarto, un toro con cuajo, edad, romana y sentido, le toreó superiormente a la verónica y le realizó una gran faena sobre la zurda en la que Fermín Murillo dejó patente la impronta de su arte ante un auténtico toro de defensas terroríficas. En este toro estuvo si cabe mejor que en el anterior, pues el sentido acusado de la res, hacía que el trance, al lado de la emoción estética de su toreo, tuviera emoción evidentemente dramática. Escuchó música en su faena y el tableteo de las ovaciones. Mató de media estocada y descabello a la primera e inexplicablemente, todo queda en ovación cuando era faena de gran mérito.

        No ha tenido suerte Luis Segura con su lote. Su primero no se prestaba al lucimiento, tenía evidente peligro en su áspero genio, mansurrón, fue uno de los toros que se quitaban el palo. Cortaba por el pitón izquierdo un horror y no se empleaba, pese a lo cual Luis, que estuvo valentísimo y torero con él, hasta el punto de que no sabemos qué cualidad antepone, si el arte o el valor, le realizó una faena de gran calidad sobre la mano diestra en series de muletazos de gran templanza con el mérito de ir de superación en superación constante. También consiguió sacar con gran exposición pases al natural y los remates de pecho que fueron acogidos con ovaciones y música. Manoletinas, pases de rodillas y al matar de media estocada, hubo petición de oreja larga y prolongada que la presidencia no concedió por lo que Luis recogió la ovación desde el tercio, negándose a dar la vuelta al ruedo. El sexto, grande y con poder para el caballo, llegó a la muleta aplomado, apagado por completo. Luis en unos doblones iniciales para ver de encelar a su enemigo, buscó la faena que no llegó por la nula colaboración de la res, que busca por ambos pitones y no pasa. Mató de estocada y camino de Madrid comienzan a caer las primeras gotas.

        Y nada más, hasta mañana en que de nuevo estaremos con ustedes a esta misma hora para informarles de la primera corrida de toros de la feria de Linares. Muy buenas noches.-