EL DRAMA EN LA FIESTA: RAFAEL CARBONELL

OTRA VEZ EL DRAMA EN LA FIESTA. RAFAEL CARBONELL
 
EL GESTO HUMANO Y TORERO DE RAFAEL ORTEGA.
 
No podemos silenciar el gesto del torero de La Isla Rafael Ortega. El gaditano, todo pundonor y hombría de bien, ha dado una prueba más de su innegable valía como torero y como hombre esta última semana. Primero, su espléndido donativo a la familia de Rafael Carbonell (q.e.p.d.) y luego lidiar él solito y en Madrid, el 24 de junio a beneficio del Montepío de toreros, seis toros de don Antonio Pérez. 
 
El terrible drama en la fiesta dejó sumida en la más honda desesperación a la familia del novillero onubense Rafael Carbonell. Una tragedia que en esta ocasión adquiere caracteres más profundos por tratarse de un torero sin suerte, del muchacho que lucha por hacerse un sitio y un bienestar,  a fuerza de jugarse la vida con los toros. Rafael murió en la plaza de su tierra, el 17 de junio a donde había ido a jugársela. Y todo cambio de una vida de sacrificios y privaciones entregado íntegramente a la idea de ser torero. El padre enfermo, hubo de ingresar el día de la corrida en el hospital, hecho que habla bien a las claras de la situación en que se encontraba el infortunado torero caído en este juego de gloria y de muerte que son las corridas de toros.  Esperemos que ahora con su gesto, Rafael Ortega habrá llevado algún consuelo a su familia.  
 
La corrida del día 24 a beneficio del Montepío de toreros se desarrolló en un ambiente de contento por parte de los espectadores pocas veces igualado. Cómo estaría el rubio torero que al finalizar la lidia de su tercer enemigo, cuando ya llevaba cortadas tres orejas y durante un breve descanso que se tomó para que actuara el caballero rejoneador Ángel peralta, Rafael fue sacado en hombros por la plaza en medio de una gran ovación. Pero lo extraordinario del caso es que los que le llevaron en hombros no fueron los acostumbrados capitalistas, sino los miembros de su cuadrilla y compañeros retirados que habían salido todos, picadores y banderilleros, a recibir la ovación del respetable en el centro de la plaza. 
 
Por eso he querido resaltar hoy, sin darle mucha importancia porque se molestaría, que ya le conozco, el gesto humano y torero de Rafael Ortega. Un matador de toros de cuerpo entero al que la afición barcelonesa vería con agrado. Rafael, eres de verdad una gran persona.-
 
Barcelona, 26 de junio de 1954
 
               
      Rafael Ortega a hombros de su cuadrilla y felicitado por Vicente Pastor. (Foto: El Ruedo)