Jerez Feria 30-4-66

Los comienzos de sus dos faenas han sido como otras tantas puertas abiertas a la esperanza, puertas por las que ha entrado el exquisito arte del camero en media docena de muletazos, en los que supo poner garbo, gracia y elegancia.

Dia 30 de abril de 1966

 
6 Toros de Juan Pedro Domecq
- Antonio Ordoñez
- Curro Romero
- Andrés Vázquez
 

REAPARICION DE ANTONIO ORDOÑEZ EN JEREZ. ANDRES VÁZQUEZ CORTA TRES OREJAS Y SALE EN TRIUNFO.

Comentario a la primera corrida de la Feria de Jerez celebrada esta tarde, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.

     El Domingo de Resurrección Antonio Ordóñez resultaba gravemente herido tras escribir en el ruedo de la Malagueta una gesta imborrable. Tenía ganas el torero de medirse de nuevo con los toros, de enfrentarse a ese peligro incógnito, a ese interrogante que son siempre las astas de una res. Y para ello Ordoñez escogió una plaza de gran responsabilidad, una plaza donde se sabe de verdad de toros y toreros.

Pero en Jerez le esperaba un ventarrón tremendo, un fuerte viento de levante que hacía imposible el cante puro que mana siempre de su capote y muleta. Además, a esta corrida de su reaparición en los ruedos, se ha unido el mal estilo de su primero, un toro que tardea y no ayuda y un cuarto de Domecq que embiste con la cara alta, manso distraído y sosísimo que tampoco se presta al lucimiento. Pero el rondeño hace cosas magnificas con el capote a sus dos toros. Verónicas en las que el temple que imprime, la lentitud y la perfecta conjunción de toro y torero, arrebata muy justificadamente al público que le aclama. En su primero, en lucha contra el viento y el feo estilo de su enemigo, cuaja una faena sobre la diestra en la que los muletazos, largos, hondos y majestuosos, hacen que la plaza cruja en ovaciones y la música suene en su honor. La faena tiene fuerza, grandeza, pero el toro, mediado ella, da en no embestir y tiene que cortarla, por lo que al pasaportar a su enemigo de dos pinchazos y estocada, el público se enfada. El cuarto es de esos toros que no tienen un solo muletazo. Sosote, frenando, con la cara alta, gazapeando y distraído, no es material apropiado para el lucimiento, pero él se encela, le busca y hasta le cuaja unos muletazos diestros y hasta hace que le tome el engaño en unos naturales. Pero no puede ser, el toro dice que nones y Antonio, con buen criterio, lo finiquita de pinchazo y estocada. No ha podido redondear, aunque en realidad, nada cabía hacerle a su deslucido lote.

Curro Romero ha peleado con deseos contra el aire, ese viento que ha soplado con fuerza durante toda la tarde. Con el capote ha toreado de forma primorosa a sus dos toros y las ovaciones más grandes que ha logrado, las ha obtenido al manejar la capichuela en sus dos enemigos, como al realizar artísticos quites. Los comienzos de sus dos faenas han sido como otras tantas puertas abiertas a la esperanza, puertas por las que ha entrado el exquisito arte del camero en media docena de muletazos, en los que supo poner garbo, gracia y elegancia. Pero después, los toros cambiaron, el viento sopló airadamente y los trasteos derivaron por cauces de brevedad. Mató al segundo de dos pinchazos y estocada y al quinto de tres pinchazos y media estocada.

     El triunfador de la airada tarde ha sido el gran torero de Villalpando, Andrés Vázquez, que ha dado todo un curso de valor y de excelente técnica torera. Con el capote ha toreado a la manera clásica, cargazón y abierto compás y como también ha dado a la verónica la emoción de calidad y apreturas, se ha ganado sonoras ovaciones. Pero es que además Andrés, en unión de su subalterno Mario Cohello, ha banderilleado a sus dos toros, ganándole la cara guapamente, jugueteando con ellos y prendiendo los rehiletes con precisión matemática. Mario Cohello, al salir de un par de banderillas en el tercero de la tarde, intentó alcanzar la barrera y resultó cogido con aparato, aunque por fortuna, sin mayor daño que la paliza. En el que cerraba plaza y tras un magistral tercio de banderillas de ambos, se les obligó a dar la vuelta entre clamores. Con la franela, el torero de Villalpando ha triunfado plenamente al realizar dos faenas toreras y valientes a mas no poder. Dos faenas en las que se ha recreado con el mejor toreo al natural y sobre la diestra, cuajando muletazos de gran calidad que entusiasmaron y como con la espada estuvo hecho un coloso, al matar a ambos de sendas grandes estocadas, se le otorgó la oreja del tercero y las dos del que cierra plaza con salida triunfal en hombros.

La corrida de Juan Pedro Domecq estuvo bien presentada y al segundo se le dio la vuelta al ruedo. Para los toreros dieron el juego que queda reflejado en este comentario.

Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.-