Malaga, Feria de Agosto 1966

El toreo, todo lo que de bello y armonioso tiene, ha estado en esas verónicas de Ordóñez.

31-7-66
OREJA A JOSÉ FUENTES EN LA PRIMERA DE FERIA
Llenazo en La Malagueta. Antonio Ordóñez, José Fuentes y El Monaguillo son ovacionados al hacer el paseo. Los toros de Pío Halcón y Sánchez Pastor, faltos de casta y sobrados de sosería, no han dado ocasión de lucimiento a los espadas alternantes. 
El rondeño se hizo ovacionar en unas verónicas de saludo plenas de mando y temple, como asimismo, al quitar en su turno. El toro, que salió suelto del caballo, llegó a la muleta evidenciando su condición, saliendo suelto y queriéndose ir, manso y deslucido. No obstante, Antonio lo metió en su muleta a fuerza de maestría y auténtico poder. Le sacó una entonada labor compuesta de pases de todas las marcas, derechazos, naturales, adornos garbosos, pases por bajo, que hicieron poner la música en marcha y el contento en los alborotados tendidos. Pero el toro sólo piensa en la huida y esto resta vistosidad, que no mérito, a su actuación. Era muy difícil hilvanar tres o cuatro muletazos, Ordóñez lo hizo y en eso radicó principalmente su mérito, aunque no se lo agradecieran lo bastante cuando pasaportó al manso de una entera. Se le ovacionó. El cuarto fue el más manso del deslucido encierro. Sosote como sus hermanos, se quitaba el palo, salía suelto y además hacía cosas de burriciego, de estar reparado de la vista. Un regalo con el que Ordóñez estuvo muy bien y al que lidio colosalmente, lo pasaportó de una entera.
José Fuentes ha sido el único que ha cortado oreja en esta primera de la feria malagueña. En su primero estuvo muy bien, pese a que su enemigo no se prestaba al lucimiento. Con el capote estuvo lucidísimo. El toro, manso, salió suelto del caballo y llegó a la muleta evidenciando su falta de clase. José realizó una excelente labor muletera sobre ambas manos que se premió con música y ovaciones. El toro se quedaba muy corto y tardeaba, pero el de Linares lo llevó muy bien toreado cuajando muletazos largos y templados. Mató de 2 pinchazos y una entera, lo que hizo que el premio quedase en una gran ovación. El quinto, que de salida frenó ante el capote de Juan El Boni, que estuvo magnífico, es un manso total. Se duele al hierro y sale suelto del caballo, logrando picarle sólo a fuerza de acosarle mucho. A la salida de un par, corta Fuentes y al caer en la cara de su enemigo, Antonio Ordóñez le hace un gran quite a cuerpo limpio. José Fuentes inicia su faena con unas dobladas rodilla en tierra que se jalean  y de ahí para adelante, su labor cobra altura extraordinaria al ligar series de derechazos y naturales que entusiasman por el aguante y el temple que supo imprimirles. La música y las ovaciones amenizaron su labor y José Fuentes, una vez más, dejó la huella de su clásico estilo y lo majestuoso de su arte. Mató de una corta y paseó en triunfo la oreja en medio de las ovaciones del público.
Andrés Torres, El Monaguillo, ha toreado muy lucidamente a la verónica a sus dos toros y sus paisanos le han ovacionado a lo largo de toda su faena. Cumplió el toro regularmente con los montados y llegó a la muleta  con mansa aspereza. Andrés está con él valiente y torero y le realiza una faena muletera sobre ambas manos que se premia con música y oles. Lo mata de media estocada. El sexto, que también era manso y corta mucho hasta el punto de que coge al torero cuando se quiere quedar quieto. Lo mata tras varios pinchazos de media y a esperar a mañana que será otro día y veremos que los toros embistan mejor. Hasta entonces, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches.- 
1-8-66
DOS OREJAS PARA MONDEÑO Y OTRAS TANTAS PARA PACO CAMINO.
Ha salido contento el público aficionado que ha asistido esta tarde al coso de la Malagueta. De las reses enviadas por la Señora Viuda de Diego Garrido, poca cosa cabe decir, mansurronearon con los montados y llegaron al tercio final, salvo la primera de las lidiadas, con cierta aspereza. 1-8-66
El torero de Puerto Real, Juan García Mondeño, ha dado una completísima tarde de toros. Todo le ha salido bordado y de haber tenido mayor tino con el acero en el primero, a la hora de contabilizar trofeos, sin duda alguna hubiera sumado alguno más de los dos que logró en el quinto de la tarde. Porque en el primero de su lote, Juan ha estado en ese sitio de responsabilidad y peligro que siempre pisó. Y ahí, en su sitio, realizó cosas muy buenas con el capote y extraordinarias con la muleta, hasta el punto de poner a la plaza boca abajo de oles y ovaciones. Una faena plena de emoción, personalidad y majeza, en la que ligó muletazos sobre ambas manos en medio del entusiasmo popular. Pero ya hemos dicho que la labor muletera del regio porteño, no tuvo el adecuado remate con el acero y lo que pudo haber sido triunfo grande, quedó en petición y vuelta. En el quinto, se hizo ovacionar con el capote en verónicas de saludo y en un apretado quite a la espalda, que levantó oleadas de entusiasmo. Su labor muletera, modelada dentro de la emoción mondeñista, tuvo esa garra, esa entrega y esa quietud que es la base y fundamento de su personalidad creadora. Una y otra vez se pasaba a su enemigo por derechazos, naturales y de pecho de increíble aguante y una y otra vez el público rubricaba los muletazos todos con oles y ovaciones. El torero era una estatua humana, que con leves movimientos salvaba la acometida de su enemigo. Un pinchazo y una corta que mata sin puntilla, dejan a su enemigo para el arrastre y Juan pasea en triunfo las dos orejas de su enemigo en medio del mayor entusiasmo.
Para Paco Camino, genio torero de inspiración y arte extraordinario, han sido los dos toros más ásperos y broncos del encierro. Pero Paco ha sabido poderles, centrarse con ellos y realizarles dos completísimas obras toreras. Con el capote ha toreado como él sabe hacerlo, como él sabe sentir el toreo. Su manera de interpretar el lance fundamental de la verónica cobra en sus manos categoría y grandeza. Su primero echaba las manos por delante, salió suelto del caballo y llegó al trance final quedándose corto. El camero lo supo meter en su muleta de privilegio y a fuerza de dominio, sabiduría y mando le fue cuajando una magnífica faena en la que cada pase era superado por el siguiente. Ambas manos rivalizaron en la perfecta ejecución de las suertes fundamentales del redondo y el natural y en todas las series, los remates de pecho fueron rúbrica brillante de su quehacer torero. Mató de un pinchazo y una estocada y se le otorgó  una oreja con petición de otra y triunfal paseo por el ruedo. En el que cierra plaza, que embiste con la cara alta, mejora su anterior faena. Fueron cuarenta muletazos sobre una y otra mano en los que el torero templó de forma soberana la embestida de su enemigo. Muletazos en los que cargaba la suerte de forma admirable, pases de pecho sacándole la muleta al toro por la penca del rabo,  adornos garbosos y los abaniqueos finales. Mata de una gran estocada de la que el toro tarda en caer y ello hace que el premio quede en una oreja. Lo importante es que Paco ha deleitado a todos con su toreo.  
Curro Romero levantó las primeras ovaciones de la tarde al saludar a su primero con seis verónicas plenas de arte, armonía y belleza, las cuales remató con media definitiva. En el quite, bordó otros tres lances, gemelos de plasticidad, que se premiaron con sonoros oles y ovación final. Su labor muletera fue jaleada por la música y el jalear de os aficionados que se entregaron por completo al embrujo de su señorial arte. Cinco ayudados de plena calidad fueron el pórtico de entrada a la excelente faena, para continuar después toreando con reposo y exquisito gusto, por redondos, naturales y de pecho en los que puso la impronta de su arte. Cadencia y ritmo de un toreo pleno de estética y que llegó con fuerza a los tendidos. Mató de media y descabello y hubo petición de oreja para Curro Romero, que se limitó a saludar desde el tercio para agradecer la ovación que se le tributaba. El cuarto es un toro a contraestilo. Embiste a carazos y se duele del hierro. Con tal enemigo poco cabía hacer y Curro lo despacha tras breve muleteo, de cuatro entradas y dos golpes de cruceta y el público se enfada con el faraón.
 
2-8-66 
CUATRO OREJAS Y RABO PARA ANTONIO ORDOÑEZ Y SANTIAGO MARTIN EL VITI
Las ferias las hacen los toreros, dígase lo que se diga. Y en esta tercera de abono malagueña los tres espadas alternantes han acaparado la atención del público aficionado que ha acabado con el papel a tal velocidad que la reventa ha hecho su agosto. Antonio Ordóñez, Paco Camino y Santiago Martín El Viti, tres toreros, tres estilos y tres formas diferentes de concebir e interpretar el toreo. Tres maestros en el más amplio concepto de la palabra, tres figuras cumbres del toreo. Los toros de don Samuel Flores, bien presentados, han cumplido con los montados, aunque algunos han salido sueltos. El quinto saltó al callejón y llegó a la muleta con aspereza y no dando ocasión de lucimiento. 
Antonio Ordóñez, el mago torero de Ronda, ha cuajado una actuación memorable. De su capote han fluido verónicas en las que el rondeño ha hecho del lance fundamental un canto a la autenticidad del toreo. Lances de templanza y cargazón en los que ha dejado la impronta de un sentido torero de gran calidad que ha llegado con fuerza a los tendidos. El toreo, todo lo que de bello y armonioso tiene, ha estado en esas verónicas de Ordóñez. Y con la muleta, el apoteosis de su estilo clásico, de belleza, arte, poderío y sapiencia. Dos faenas en las que Antonio ha esculpido naturales, derechazos, y pases de pecho monumentales en los que la inspiración, el temple y la majestad de su arte han puesto en los tendidos grandes ovaciones. Mató a su primero de una gran estocada y se le otorgaron las dos orejas de su enemigo. Al cuarto lo toreó superiormente a la verónica y tras realizarle una maravillosa faena lo mató en corto, por derecho, cruzando a la perfección, le enterrando todo el acero en el morrillo de su enemigo, dando a la suerte suprema, siempre brusca, un sentido de la belleza y la estética. El toro rodó sin puntilla y Antonio paseó por el ruedo mostrando las dos orejas y el rabo obtenido en medio de las mayores manifestaciones de entusiasmo. Arte hasta en la forma de andar por la plaza. Calidad en todo lo que lleva a efecto. 
 
Para Paco Camino ha sido lo más deslucido del encierro de Flores. Un primer enemigo que pelea a la defensiva, se queda corto y en nada ayuda para el lucimiento. El Camero, que fue ovacionado en los lances de saludo, realiza con tan deslucido enemigo una faena breve y entonada que remata con dos pinchazos, media y descabello y se le ovaciona. El quinto deja en ridículo a los que dicen que no hay quinto malo. El toro saltó a la primera ocasión al callejón sonde sembró el desconcierto. A la muleta llegó quedándose corto sin emplearse. Con él Paco estuvo en plan torero, dominador y con excelente estilo, cuajando muletazos sobre ambas manos que merecieron los honores de la música y las ovaciones. Lo mató de estocada y descabello a la segunda y hubo ovación y saludos para el camero, que no tuvo esta tarde el mejor material para el lucimiento. 
Santiago Martín El Viti, ha cuajado su verdad torera a lo largo de una de las mejores actuaciones que le hemos visto. Se le esperaba con expectación, con curiosidad y hasta con cierta reserva, pues en esta plaza no había dado hasta hoy la medida de su auténtica categoría. Pero tras esta actuación Santiago Martín, el gran maestro de Vitigudino, es una de las figuras más queridas y admiradas de Málaga. Porque hoy ha dejado patente su arte sobrio, señorial, magnífico. Un arte en el que parece vivir la grandiosidad de su tierra castellana, puro, inmenso, con raíces profundas en los más añejos entronques del toreo clásico. Con el capote se ha ganado sonoras ovaciones en su lancear majestuoso y con la muleta ha cincelado dos colosales faenas en las que el temple, el dominio y el mando ha, sido las columnas en las que ha basado su triunfo. Pisando, muy buen terreno, llevando superiormente embarcado a sus enemigos, ha toreado por redondos, naturales y de pecho. Derechazos y naturales en los que no cabe mayor autenticidad. Su primera faena tuvo tal calidad que cuando rodó su enemigo de una gran estocada y dos golpes de cruceta, se le otorgaron, por unánime petición del público, las dos orejas y el rabo de con cuyos trofeos paseó en triunfo por el ruedo. Al sexto le cortó las dos orejas tras enorme labor muletera rematada con superior estocada y certero descabello. Un triunfo sonado, rotundo el del gran torero charro, que salió en hombros de la plaza en unión del rondeño. 
Y nada más, hasta mañana a esta misma hora en que les relataremos lo acontecido en la tercera de esta feria malagueña, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches a todos.  
3-8-66
CUATRO OREJAS SE REPARTIERON JAIME OSTOS Y SANTIAGO MARTIN EL VITI
Tener genio, casta, temperamento torero es muy difícil y Jaime Ostos está en esta línea de toreros que salen dispuestos a darlo todo, a arriesgarlo todo con tal de conseguir el éxito. Esto es indudable, como lo es también el hecho de que el gran matador de toros astigitano es una de las más templadas y firmes espadas de la fiesta y uno de los capotes y muletas más enteras y vibrantes. Esta tarde, primera de sus actuaciones en La Malagueta, Jaime nos ha puesto a todos el corazón en un puño con un toreo pleno de entrega, de valerosa porfía y de verdad. Con el capote, se ha hecho ovacionar en sus dos enemigos a los que ha toreado por verónicas y chicuelinas en las que las apreturas, el mando y el temple que ha sabido imprimir le han valido grandes ovaciones. A su primero le ha realizado una entonada labor muletera iniciada con unas soberbias dobladas rodilla en tierra que han puesto la música en marcho y le han proporcionado las primeras ovaciones de la tarde. Vinieron después series de derechazos, naturales y de pecho y un apretado torear por alto con desplante final de rodilla, en medio del entusiasmo general. Mató de una gran estocada y paseó en triunfo la oreja de su enemigo. En el cuarto volvió a estar enorme de valor. El toro llegó a la muleta sin fijeza, desparramando mucho la vista y muy avisado, pero el de Écija estuvo con él enorme de valor, de sentido torero y a fuerza de exponer le cuajó un emotivo trasteo que mereció los oles y las ovaciones más atronadoras. Despachó a su enemigo de pinchazo y superior estocada y hubo oreja con petición de mayores trofeos y dos triunfales vueltas al ruedo.
Decir que a Curro Romero le han tocado esta tarde dos toros de contraestilo, no es querer taparle, como vulgarmente se dice. La verdad escueta y simple es que al camero le han tocado dos toros carentes de clase. El primero quedándose corto y buscando y el quinto, un toro sin fijeza que tampoco hace nada por el engaño. Curro ha estado con el capote bien en ambos, especialmente en el quinto al que ha instrumentado cinco verónicas de saludo de su marca y que le han valido grandes ovaciones. Con la muleta ha realizado dos breves trasteos y con la espada se ha mostrado breve y el público que siempre espera de él la nota aguda, se ha enfadado con el faraón. 
Santiago Martín El Viti en esta su segunda salida a la feria malagueña, ha vuelto a triunfar rotundamente en sus dos enemigos. Una vez más su sentido torero, la autenticidad de su arte, la sobria pureza de su estilo, le han valido las mayores y más enfervorizadas muestras de entusiasmo. Y desde La Caleta al Limonar, en Málaga se habla de la elegante majestuosidad de su toreo. A su primero le ha bordado seis verónicas enormes. Verónicas de manos bajas, de temple y mando que han puesto los oles en los tendidos. Y con la muleta, una gran obra. Una excelente labor en la que el mando, el dominio, el poderío de su magistral y doctoral franela, ha dictado normas de bien torear, haciendo cantos del pase en redondo, del natural, del afarolado y del de pecho. Muletazos plenos de sobriedad, de autenticidad, de hondura, en los que el torero charro ha corrido la mano de maravilla y ha templado de forma admirable. Una gran faena digna de un gran torero y como remate, como debe ser, como era de esperar, una estocada corta que mata sin puntilla. Dos orejas, petición de rabo y triunfal vuelta al ruedo. El sexto rodó por los suelos nada más salir. Se organiza na gran protesta y el toro tras tomar una vara es devuelto a los corrales. En su lugar sale un sobrero de la misma vacada de Germán Gervás que acusa el defecto de su poca fuerza. Santiago es ovacionado en verónicas de saludo y tras tomar la res dos varas, llega a la muleta quedándose corto. Pero el de Vitigudino le torea con mucho mimo, con temple extraordinario y llevando la muleta a media altura, le cuaja varias series de derechazos muy suaves y dos tandas de naturales que rubrica con afarolados y de pecho, que ponen al público en pie. Poco gas tiene el toro pero el torero le saca el mayor partido posible a fuerza de suavidad y exquisito gusto. Lo mata de una gran estocada y hay petición de oreja y vuelta para El Viti que en esta su segunda actuación en esta feria, ha acrecentado su cartel. 
La corrida de don Germán Gervás muy fina de tipo y muy bien presentada. Con los montados cumplió, derribando en dos ocasiones, dando para los de a pie el juego que queda reflejado en este comentario.-
 
4-8-66
OREJA PARA JAIME OSTOS. UN DESLUCIDO ENCIERRO DEL MARQUES DE VILLAMARTA  
La corrida del Marques de Villamarta ha sido una de las más deslucidas de las que hemos visto en esta temporada. Toros sosos, de cortas y gazaponas acometidas, que no han ayudado en nada a los espadas alternantes Antonio Ordóñez, Jaime Ostos y José Fuentes. Solo ha habido un toro que ha cumplido y ha sido el lidiado en segundo lugar al que el astigitano ha cortado una oreja. 
El primero de la tarde sale tirando las manos por delante, quedándose corto y gazapeando. Ordoñez le torea con su peculiar buen estilo ya que es muy difícil que al rondeño se le escape un toro sin que deje patente su excelente estilo de capeador. Dos varas tomó el del Marqués que llegó a la muleta evidenciando aún más su condición deslucida y gazapona. Antonio se metió con él en unos muletazos de tanteo, para estirarse después en unos derechazos que se jalearon. Pero el toro dio en quedarse corto y en buscar más de lo debido y ello hizo que la labor de Ordóñez tendiese más a lo eficaz que al relumbrón y lo pasaportó de una estocada y el público se enfadó. Al cuarto lo saluda con unas verónicas plenas de dominio que se acogen con muestras de entusiasmo. Cumple el toro con los montados pero llega a la muleta sin emplearse, evidenciando su nula clase. Antonio lo pasa por alto en unos muletazos elegantes y toreros para continuar con derechazos, naturales y de pecho en los que la nula colaboración de la res, al quedársele debajo, no ayudan al espada. Mató de dos estocadas y el público, que había ido a ver a su ídolo se enfada exigiendo lo que se exige a las figuras grandes. 
Jaime Ostos, con el único toro que medio ha ayudado ha estado pleno de valor y de sentido torero. Sus verónicas y chicuelinas apretadas y torerísimas le han valido grandes ovaciones y su labor con la franela ha sido un ejemplo de valor, entrega y casta. A dos dedos de los pitones se ha pasado a su enemigo sobre ambas manos, logrando muletazos de gran fuerza emotiva, que han merecido los honores de la música, oles y ovaciones del respetable y cuando ha matado a su enemigo de gran estocada, ha paseado en triunfo la oreja del Villamarta, conquistada por fueros de valor y entrega. El quinto, al igual que sus hermanos, es manso, deslucido y solo piensa en huir. Jaime lo torea entre ovaciones con el capote y le realiza una entonada labor torera, desarrollada con pases sobre ambas manos pese a que el toro nos e emplea y no tiene fijeza. Está valentísimo con él y le expone una barbaridad, pero el fallo a espadas deja el premio en una gran ovación con saludos. 
José Fuentes se ha hecho ovacionar al torear superiormente a la verónica a sus dos enemigos. Lances templados y torerísimos en los que el gran torero de Linares ha dejado patente su arte extraordinario. En quites ha sido ovacionado entusiásticamente al realizar uno por chicuelinas y otro por gaoneras de gran plasticidad. Su primero llegó a la muleta embistiendo con aspereza. Mo obstante, Fuentes le ha cuajado una meritoria labor torera, ligando pases diestros muy logrados y otros de pecho que se han jaleado. A nuestro juicio le faltó un puyazo al toro. Con la espada no estuvo afortunado y la cosa quedó en aplausos. En el que cierra plaza, que echa las manos por delante y embiste con la cara arriba, tras unos muletazos de tanteo, logra unos derechazos largos y templados, pese a que su enemigo no se emplea y se le queda corto. La faena tuvo el mérito del aguante y el mando que el torero le imprimió y la constante porfía ante tan deslucido ejemplar. Mató de gran estocada y fue despedido con una gran ovación.
 
5-8-66
CLAMOROSO TRIUNFO DE SANTIAGO MARTIN EL VITI QUE CORTA TRES OREJAS. UN QUITE ANTOLÓGICO DE PACO CAMINO 
CUANDO LOS TOROS NO EMBISTEN. 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Málaga, sexta de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes. 
Poca suerte ha tenido Paco Camino con los lotes bovinos que le ha deparado la fortuna. Ni uno solo de sus toros se ha dejado torear lo más mínimo. Pero Paco es torero de múltiples recursos, de sabiduría nada común y se ha impuesto a las pésimas condiciones de las reses que le han tocado, en una actuación plena de aciertos. En su primero, un toro huido y que salió suelto de los caballos, estuvo muy en torero, realizando una meritoria labor muleteril que mereció los honores de la música y las ovaciones. El toro, soso y sin celo, entraba como rebrincando, pero él lo sabía meter en su muleta para sacarle unos muletazos enormes de mando y temple. Fue una pena que tan meritoria obra torera quedase sin trofeos, pero la espada estuvo remisa y lo que pudo ser premio grande se quedó en ovación con saludos. El cuarto es uno de los toros más mansos y deslucidos del encierro. Nada quiere el de Montalvo con el caballo y cuantas veces tratan de que tome las varas de reglamento, sale suelto. A la muleta llega sin emplearse, es un mulo que no quiere saber nada más que topar y cocear. Paco le realiza una breve y eficaz faena y lo despacha de pinchazo y estocada. Pero no es Paco Camino torero que salga de las plazas sin dejar constancia de su categoría y en el sexto de la tarde, cuajó un quite a la verónica que no dudamos en calificar de antológico. Abierto el compás, adelantando el engaño, prendió en él al de Montalvo y lo embarcó en cuatro verónicas de enorme calidad, que remató con una revolera. La plaza, que había vibrado entusiasmada, le tributó una enorme ovación. 
Santiago Martín "El Viti" ha estado en plan de librar su última batalla en esta gran feria del sur. Y este Viti, este hombre castellano de corazón grande, entero, ha sabido responder a la expectación  que en su torno habían montado por mor de sus dos arrolladores triunfos anteriores. En esta cálida tarde malacitana, Santiago ha estado en todo heroico en sus dos toros, en sus dos mulos. En su dificilísimo y peligroso primer enemigo, un manso que sale suelto del caballo y llega a la muleta refrenando, buscando por debajo, el de Vitigudino le expuso, le metió en su franela y le cuajó una excelente labor en la que ambas manos se emplearon sin reservas entre el continuo jalear de las palmas y la música torera. Mató de una corta y se le premió con la oreja de su enemigo. En el quinto, que salió echando las manos por delante y que tomó dos varas, estuvo magistral. Enorme de valor, de corazón y de sentido de la responsabilidad. El toro había llegado a la muleta con acusada aspereza, evidenciando sentido y peligrosidad en su tirar tornillazos que hubieran descompuesto a otro de ánimo menos entero que este fenomenal torero. Aguantando las cortas y peligrosas acometidas de su enemigo, porfiando y cruzándose una barbaridad, realizó una faena en la que el público, asustado, contuvo hasta la respiración y el único que permanecía sereno era el torero, que se estaba jugando la vida en una continua lección de hombría y pundonor profesional. El sentido, la seriedad del toro, causaba pavor, pero El Viti le pisó tal sitio, le expuso tan enteramente que venció al difícil y peligroso animal. La plaza era un clamor en tanto que el maestro toreaba por derechazos, naturales y de pecho sin dar importancia a lo que estaba haciendo. Y a la hora de matar, cuando hay que jugarse el todo por el todo, Santiago supo sentirse matador de toros y gustándose, perfilándose en corto y por derecho, cobró una imponente estocada que hubo de refrendar con certero descabello. Cubrióse la plaza de pañuelos y al gran torero de Castilla se le otorgaron las dos orejas con petición de rabo y dos triunfales vueltas al ruedo. Nueve orejas y un rabo, buen balance con el que sale Santiago Martín El Viti de esta feria de la capital de la Costa del Sol. 
Andrés Torres El Monaguillo saludó al tercero de la tarde con unas verónicas que se jalearon. Su trasteo muleteril fue premiado con música y oles, pues el muchacho expuso lo suyo al torear sobre ambas manos a un toro que estaba a la defensiva y que terminó refugiándose en tablas y al que mató de una estocada. En el que cierra plaza, estuvo muy bien al manejar la franela. Andrés toreó superiormente al natural, logrando varias series de estos muletazos en los que puso arte y mando. Una faena muy torera en la que el temple del Monaguillo brilló con luz propia al lado del valor que supo imprimir a todos sus pases. La derecha también dictó normas toreras y el público le jaleaba con calor a los acordes de la música torera. Mató de pinchazo, estocada y dos intentos de descabello y se le despidió con una gran ovación al abandonar la plaza. 
Se corrieron cinco toros de Montalvo que dieron deslucido juego y uno, el lidiado en segundo lugar, de AP, que no fue mejor.-
 
6-8-66 
TAQUILLERO Y TRIUNFADOR. TRES OREJAS Y RABO PARA ANTONIO ORDOÑEZ. CARTEL DE NO HAY BILLETES. 
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Málaga, séptima de su feria, según la manera de ver de Curro Fetén, servidor de ustedes.  
El Rondeño esta tarde ha ganado la batalla, primero llenando el coso de la Malagueta hasta la bandera, poniendo el cartel de no hay billetes y después, ante los toros, triunfando plenamente pese a que sus dos enemigos no se prestasen a faenas de relumbrón. Con el capote ha saludado al primero de su lote con unas verónicas de las suyas plenas de armonía que han hecho iniciar las ovaciones. Y eso que hoy el público no estaba con el torero de Ronda, al que han querido regatear por parte de un sector del público, el agua y la sal. Pero cuando Antonio Ordóñez torea, cuando abre su capote antológico, sus enemigos tienen que batirse en retirada. Dos varas tomó el toro, desmontando en la primera, tras la que realizó un quite compuesto de tres verónicas plenas de mando, dominio y temple, llevando superiormente toreado al caballo a su enemigo. Salió suelto el de Juan Pedro del caballo. El toro llega con fuerza a la muleta, evidenciando genio y aspereza, apretando mucho. Antonio está con él enorme de poderío y temple realizándole una magnífica labor torera. La faena, iniciada con unos pases por alto, tuvo ese sentido y autenticidad que el rondeño sabe imprimir siempre a su toreo. Templando la embestida de su enemigo, llevándole toreadísimo, le prendió en su muleta y le bordó varias series de derechazos y naturales con el clásico remate del pectoral, en los que no cabía mayor lentitud ni mayor gracia. Fue una faena de las que encumbran a un torero. Una labor muletera de las que por sí solas hacen a una figura. Mató de gran pinchazo y superior estocada en todo lo alto y paseó en triunfo las dos orejas y el rabo de su enemigo. El temple y la lentitud en el discurrir de la tela torera fue el arma secreta de su triunfo. Al quinto lo saludó con cinco verónicas plenas de gallardía marca de la casa que le valieron una calurosa ovación. El toro embiste con la cara arriba y lo piensa mucho antes de embestir, mansurrón con los montados de los que sale suelto. A la muleta llega bronco, probón y con nula casta, pero el rondeño, que había brindado a Pepe Luís Vázquez, le realiza una faena en la que no se puede pedir mayor entrega, ni mayor sentido torero. A dos dedos de los pitones, porfiando una barbaridad, logró una entonada y variada labor a fuerza de aguantar tornillazos y coces de manso. Fue una faena con esos toques de calidad que nunca pueden faltar cuando torea Ordóñez. Lo mató de una soberana estocada y hubo premio de oreja y aclamada vuelta al ruedo.  Sale Antonio triunfador en esta feria malagueña en la que se le ha regateado no poco y se le ha exigido como nunca. 
El primer espada de la terna ha sido Antonio Bienvenida que no ha tenido material adecuado para el lucimiento. Un primer toro con mucho genio que a nuestro juicio estuvo falto de un puyazo y al que el maestro toreó superiormente con el capote a la verónica y al que realizó un quite de gran calidad. Con la franela estuvo muy torero pasando a su enemigo entre música y olés por derechazos, naturales y otros pases muy sentidos que se premiaron con grandes muestras de agrado. Pero quedó la labor torera sin premio por resultar el acero un tanto caído y cuando descabelló hubo una gran ovación con saludos para el veterano espada. El cuarto es un manso total . Toma una vara y sale de estampida. Le pican a fuerza de acosarle. Llega al trance final manso y bronco y Antonio Bienvenida está con él superior de verdad, logrando una excelente labor muletera por fueros del temple y el mando de su maravillosa muleta. Otra vez el acero le deja sin trofeos, pues mató a su enemigo de pinchazo y media caída. Hubo petición de oreja y triunfal vuelta pues había estado torerísimo toda la tarde. 
Juan García Mondeño ha estado muy bien en sus dos enemigos. Con el capote se ha hecho ovacionar con fuerza al instrumentar verónicas de grandes apreturas rematadas con medias superiores a toda ponderación. Su primera labor muletera ha sido de las que le han dado fama. Atornilladas las zapatillas en la arena, Juan ha muleteado con excelente aire torero por derechazos, naturales y de pecho, amén de sus emocionantísimas mondeñinas que han caldeado la plaza grandemente. Ha sido una faena emotiva, dramática por las apreturas y plena de enjundia torera. Labor de orejas que el pincho ha dejado reducida a una gran ovación. En el que cierra plaza, volvieron a ovacionar en los lances de saludo. Escarba y huye de su propia sombra el de Juan Pedro, que llega a la muleta cobardón, áspero y escarbando. Mondeño se emplea de firme con él y a fuerza de exponer, le cuaja una buena labor muletera en la que destaca un toreo sobre la mano diestra que merece los honores de la música. Otra vez la espada deja el triunfo del torero de Puerto Real en una clamorosa ovación y así sale de la plaza. 
La corrida de Juan Pedro ha sido mala. Ha dado el resultado que queda reflejado en el presente comentario. Y nada más, hasta mañana a esta misma hora, Curro Fetén, servidor, les desea muy buenas noches a todos.-