TOLEDO 31 DE AGOSTO-65
"El Cordobés da órdago en la 31 de Agosto..."
Dia 31 de Agosto de 1965
6 Toros de Pérez Angoso
1 Toro de Montalvo
- Antoñete
- El Viti
- El Cordobés
EL CORDOBÉS DA ÓRDAGO EN LA TREINTA Y UNA DE AGOSTO. DOS OREJAS Y RABO PARA EL IV CALIFA. OREJAS PARA ANTOÑETE Y EL VITI.
Comentario a la corrida de toros celebrada esta tarde en Toledo, según la manera de ver de Curro Detén, servidor de ustedes.
Quería el torero de Palma del Río cerrar la proeza de torear todos los días del mes de Agosto, en una plaza cercana a Madrid y escogió la de la Imperial ciudad de Toledo. Lluvia, mucha lluvia había caído durante la noche y toda la mañana, pero ésta no caló en el ánimo de sus incondicionales ni de los aficionados que acudieron a la cita.
La plaza presentaba uno de esos llenos que hacen de El Cordobés una figura apasionante. Interés inusitado. Entre barreras y tendidos, aficionados de categoría que habían llegado de todas partes para ser testigos del final de mes del torero. Un mes que ha estado cuajado de éxitos que no han empañado tal o cual revés. Son muchas corridas y no en todas se puede estar bien, pero Manolo ha batido todo un récord. No tenemos en la memoria el número de orejas y rabos que ha cortado el espada, pero son muchos. Y esta tarde toledana, en la 31 ha dado órdago, con una completísima labor con el primero de su lote al que ha toreado muy bien en verónicas de saludo y en media de remate que encendió los primeros clamores de entusiasmo en los tendidos. Tras tomar el toro una vara, quita por apretadas chicuelinas entre nuevas muestras de contento en los graderíos. Y llegó la faena emocionante, tensa, vibrante, en la que el de Córdoba toreó superiormente por ambas manos haciendo gala de un temple y un mando, que junto al aguante que imprimía a todos los muletazos, hacía que el público se le entregase por completo. Y para llevar aun más a la locura a los aficionados, la sabrosa y picante ejecución de unos molinetes de rodillas, pases de pecho en cadena y toda una gama de variado y emotivo repertorio. Mató de dos entradas y descabello a la primera y aquello fue el disloque. Dos orejas, rabo y triunfal vuelta a la candente. En el sexto de la tarde, el público pidió "mus" y fue devuelto a los corrales por cojo o porque no agradó al respetable su presencia. Saltó a la arena el sobrero de Montalvo, que fue mansote. Tornaron a ovacionarle en verónicas de saludo. Tras tomar la res dos varas, llegó al trance final derrengado de los cuartos traseros, sin fuerza y cayéndose en una ocasión. Manolo está valentísimo pisándole un buen terreno y llevándole con mucho mimo en muletazos sobre ambas manos que pone ecos triunfales en los graderíos. Pero el toro está aplomadísimo y no ofrece mayores ocasiones de lucimiento con su soso y deslucido juego, por lo que le despacha de pinchazo, media y descabello final, terminando así su corrida número 31 en este mes de Agosto de 1965. Hazaña no realizada hasta ahora por ningún torero. Y no acaba aquí, pues El Cordobés seguirá toreando cuatro días seguidos más, como para dejar bien claro que tiene facultades y cuerda para mucho más.
El primer espada de la terna es Antoñete y viéndole no tenemos más remedio que preguntarnos el porqué no torea mas este hombre. Torero fino, cabal, enterado y artista donde los haya, no es merecedor de encontrarse en el olvido en que le tienen. Esta tarde parecía que llevase en el cuerpo cincuenta o sesenta corridas, así de puesto y de sobrado le hemos visto. Ha toreado muy bien con el capote a sus dos enemigos y con la muleta ha realizado al primero de la tarde una excelente labor, en la que el fino estilo que le distingue, la pureza de su arte, ha cautivado a todos. Derechazos y naturales largos y templadísimos y cuando remata las series sobre una y otra mano con los forzados de pecho, las ovaciones se hacían clamor y los oles gritos incontenibles. Mató de dos entradas y descabello y se le otorgó una oreja con petición de otra y vuelta. En el cuarto volvió a ser jaleado con el capote. El toro es soso y llega a la muleta sin clase. Nueva faena elegante y torera sobre ambas manos y pese a matar de estocada con salida indiscreta y dos golpes de descabello, se le obliga a dar la vuelta.
Santiago Martín El Viti no tiene suerte con el lote que le ha tocado. Dos toros deslucidos a más no poder, sosos y aplomadísimos que no tienen un solo muletazo. Pero Santiago, que ha toreado esta tarde formidablemente con el capote, les realiza dos entonadas faenas que merecen los honores de la música y los oles de la multitud. Y es que el salmantino ha sabido pisarles ese terreno que requerían los toros y quieras o no, a fuerza de porfiar, les ha sacado muletazos que se han acogido con grandes muestras de complacencia. La dominadora y magistral muleta de Santiago ha domeñado y mandado siempre sobre la sosa acometida de sus enemigos. Ha sido como sacar agua de un pozo sin ella, ha sido el milagro de un torero todo pundonor, que buscaba con ahínco el triunfo. Un triunfo que no ha llegado completo por precisar en su primero de tres pinchazos antes de agarrar la estocada. Le cortó la oreja al quinto, tras colosal espadazo, pero se negó a dar la vuelta al oír unas desatemperadas protestas de un pequeño sector del público. En verdad el salmantino se había hecho merecedor de tal galardón, pues la faena, torerísima era acreedora de tal trofeo.
La corrida de Pérez Angosto, sosota y sin estilo, no ofreció peligro y ese fue su mejor galardón.